¿Cómo lo hacéis? Incorporar
una simple ventana o un dichoso margen, se ha convertido en un maquiavélico reto.
Lo sé, el vaso estaba vacío y aun así me he ahogado, :)
Los que me conocéis
un poquito y compartís este valioso camino de letras y sobre todo de compañerismo,
sabréis que no soy muy navideña, bajo el prisma en el que uno se vuelve terco,
lo concibo como una condición que deberíamos tomar o <fijaros> si me pongo fuerte en este aspecto; una obligación
(fea palabra) para todo el año. Estar presente para la familia, amigos,
apreciar y valorar o simplemente dar la mano en conjunto, es una actitud, no
una fecha. Para añadirle más dramatismo al asunto, soy cero consumista, si vierais
mi móvil con sus largos años de vida y roído por uno de mis perros, os daríais
cuenta hasta qué punto estoy en contra del gasto por el gasto. Y luego está el
recuerdo de los que no están, hace que estas fechas se aplaquen entre sombras.
Pero el mes de
diciembre y enero son meses que dispongo de pocas horas, porque otra vez me
quejo, el trabajo me reclama, (¡seré lastimera!), así que la razón de esta
entrada es básicamente que voy a estar ausente un tiempo y no puedo pasar sin decíroslo,
nunca se sabe lo que nos acontecerá el mañana, por eso estoy aquí, para agradeceros todo el cariño que siempre me brindáis.
¡Gracias! Nunca imaginé que crear un blog fuera esto, algo tangible y grandioso;
mis brazos no logran abarcar esta enorme emoción en un simple abrazo. Es precioso
de verdad y me llena de energía, pero de la buena, buena.
Desde que colgué la
primera entrada a parte de lo que siempre repito, soy muy pesada, lo sé. Venga permitidme
el gusto, la próxima vez quizás (no prometo nada) me lo guarde, no sabía nada
de este mundo, con lo que me iba a encontrar o mejor; a quién, porque si tengo
algo claro es que si vosotros no estuvieras presentes, esto, hoy, no sería igual.
Soy bastante tímida y eso me ha jugado malas pasadas, como cederme más miedos
de los necesarios o diremos bloqueos, pero si saltas el obstáculo, más tarde le
sonríes y dices. ¿Qué tontería, verdad? Ahora lo sé, porque con vuestro aprecio
una se siente como en casa, segura y feliz.
Pero no diré
mentiras, (las odio) he tenido varios parones,
porque también soy bastante mía, individualista, de alimento interior y a veces
necesito del silencio para encontrarme. Buscar un patrón a seguir, porque de
tanto en tanto siento que me pierdo, divago demasiado, qué se le va hacer. Y la
parte racional que habita muy adentro necesita solidez. Vamos, que soy
complicada. ¿Cómo me aguantáis? ;)
Y llegó el momento confidencia,
disculpad esta entrada sin sentido… pero es que a menudo no se trata de uno sino
de quienes le rodean. Personalmente no me considero una romántica, pero si creo
en el amor, en el eterno amor, y éste
es amplio, no está señalado en una única dirección, no, está en todo lo que somos, hacemos,
tocamos y respiramos. Nos envuelve, se palpa en el presente, en el esbozo que
llamamos camino y andamos con él, muchas veces nos enfadamos porque las
verdades cambian, las personas también lo hacen y estas nuevas situaciones se deben
volver a amoldar, a complementar con aquel pasado que tan rápido le da por
esfumarse, pero en este mal aprendizaje, (porque muchas veces, ya le vale) valoramos
más todo lo que tenemos. Y yo, soy muy afortunada.
Va siendo hora de dar por finalizada esta extraña e insostenible enajenación con un GRACIAS, muchísimas gracias. Por hacer que mis pasos sean tan especiales, por los consejos que regaláis a mis letras, por el cariño de cada comentario, por estar aquí presentes, dando manos, cobijo, siempre me regaláis una sonrisa y esa amigos es toda vuestra. Espero de corazón que yo también os haya dado un poco de todo lo que vosotros me consentís a mí.
Sed felices y
disfrutad de las fiestas, ah… y también sed un poquito malotes, el pobre Grinch
está infravalorado, ;)
La imagen es lo que
es, espero no haberme dejado a nadie, sé que no es muy bonita, pero una hace lo
que puede, ¡palabra! Os intentaré leer, espero que pronto o entre tiempos.
Muchos besos y
abrazos.